Comentario
Una de las características principales de los sumerios fue que se organizaron en comunidades urbanas o uru, dominadas principalmente por su autonomía política y su autarquía económica. Todas las ciudades estaban dominadas por un gran templo, resultando ser mucho más grandes que las que existieron durante el periodo Uruk. Algunas, como Erech, se extienden a lo largo de unas 440 ha y pueden albergar a 24.000 habitantes.
Las ciudades sumerias siguen un patrón común. En general, el gran templo de la ciudad está separado de los edificios adyacentes por dos recintos amurallados, en los que se abren diversas puertas vigiladas por guardianes. Existe también un patio, a cuyo alrededor se sitúan estancias, almacenes y altares. Extramuros se amontona una multitud de casas pertenecientes a los grupos menos pudientes o a extranjeros. Las casas de estos, decidado generalmente al comercio, suelen ser más grandes y mejores, pues se benefician de una actividad muy lucrativa.
El aspecto de las ciudades es grandioso. Levantadas junto a los grandes ríos Tigris o Éufrates, de los que aprovechan su abundante agua y sus fértiles llanuras, sus mercados aprovisionan de productos a sus habitantes y sus murallas les ofrecen refugio, algo importante, si se tiene en cuenta las continuas guerras entre ciudades.